Es Irresponsable Criticar a un Juez quien Dictaminó Correctamente
Tue 5 Jan, 2016 | Misceláneas by Searcy Denney Scarola Barnhart & Shipley, PA
Como abogados, nosotros estamos en desacuerdo con las decisiones de los jueces muy a menudo. La constitución estatal y federal protege nuestros derechos de expresar nuestro desacuerdo y provee el mecanismo de apelar las decisiones. Los jueces no tienen control sobre los casos que llegan a ellos, pero ellos deben tomar decisiones en cada uno de ellos.
Los jueces deben respetar la ley. Por su posición, los jueces no pueden defenderse por sí mismos y no es apropiado para ellos contestar personalmente los cargos contra ellos o contra sus decisiones. Uno de los pilares de nuestra organización es responder a las críticas injustas hechas contra los jueces o sus decisiones.
La publicación “The Post” en la fechas 3° y 6° de Diciembre en su artículo titulado “La orden de censura de la prensa y registros públicos no debe soportarse”, critica injustamente la Ordenanza del Juez Jack Cox del 30 de Noviembre en la cual él decidió contra la exposición de fragmentos de conversaciones telefónicas grabadas entre el prisionero y su abogado porque ellas violan el derecho de privacidad del prisionero.
La ordenanza dio a conocer, expresamente, que: “El prisionero no tiene en absoluto la expectativa de privacidad en las conversaciones telefónicas grabadas en la prisión, citando el precedente de la Corte Suprema de Florida”. Sin embargo reconoce que: “Hay una expectativa de privacidad para ciertos asuntos.”
Llegando a una conclusión, el juez Cox se basó en el precedente judicial establecido por la Corte de Apelación del Distrito 4° encontrando que: ”La expectativa de que un oficial o abogado estatal pueden escuchar un llamado telefónico es muy diferente a la expectativa que cualquiera o todos puedan escuchar los llamados telefónicos.”
Como “The Post” no cito las tres páginas de la ordenanza escrita por el Juez o el documento legal precedente en que el juez basó su decisión el público, sin conocimiento, pensó que su dictamen fue equivocado. Más adelante, el público no fue informado de los resultados logrados por el Juez acerca de que la publicación obtuvo la información a través de la violación gubernamental de los derechos de privacidad del prisionero.
Juez Cox expresó gran preocupación sobre cómo la Oficina del abogado defensor obtuvo los llamados grabados del prisionero con su familia y su abogado. Por último, por el hecho que estas conversaciones llegaron al público.
“The Post” tiene el derecho por sí misma de apelar y debería esperar el resultado del proceso de revisión. Mientras tanto, es irresponsable pensar por las sugerencias hechas que las críticas realizadas al juez Cox no tienen garantías y que su cargo debería ser caducado.
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